miércoles, 15 de mayo de 2013

El complejo de inferioridad


Adler hace de este complejo el núcleo de su teoría psicológica. El niño toma conciencia de su minusvalía física al verse superado y dominado por los adultos, y, si tal sentimiento cristaliza,s e retira de la acción y se repliega sobre sí mismo, enclaustrándose en sus sueños compensadores. El complejo de inferioridad puede apoyarse en una minusvalía orgánica objetiva o en una característica física cualquiera vivida subjetivamente como tal, y puede verse incrementado asimismo por presiones educativas extemporáneas, inadecuadas al grado de madurez alcanzado. Así puede ocurrir,p.ej.,si se urge prematuramente el control de los esfínteres o el aprendizaje de la lectura. Freud hace arrancar este complejo de la angustia de castración, experimentada por el niño durante la fase edípica como consecuencia del sentimiento de rivalidad con el padre. La reacción frente a la vivencia de inferioridad puede ser la adopción resignada de un “modo de ser inferior”, vivido necesariamente con angustia, o bien la elaboración de mecanismos compensadores capaces de superar su propio objetivo y constituir, de hecho, un defensivo complejo de superioridad.

José Luis P.

No hay comentarios:

Publicar un comentario