miércoles, 28 de junio de 2017

BARCELONA 1980



A principios de este decenio ya se sabía que Barcelona organizaría los XXV Juegos Olímpicos de Verano de la Era Moderna. Era una candidatura de consenso en la que intervinieron tanto el Gobierno Central, el Gobierno Autonómico, el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación Provincial y otros organismos.

La situación económica era de crisis: La dependencia energética y la crisis del petróleo habían provocado el incremento de la inflación y el desempleo. Era necesario activar el sector industrial.

Con anterioridad a esta fecha se habían llevado a cabo las privatizaciones de las empresas pertenecientes al Instituto de Industria reminiscencia de la época de crecimiento económico de España en los años del desarrollismo y de los planes de desarrollo quinquenales.

Barcelona era un punto de inmigración y había crecido, desde los años 50 a modo de ciudades dormitorio situadas en la periferia del núcleo urbano con la creación de urbanizaciones tales como Bellvitge, Badalona , San Adrián del Besós, Hospitalet, etc.

Resumir la actividad industrial de este decenio y principios  del siguiente es una tarea ardua.

Quizás lo más destacable, a nivel de infraestructuras, es la construcción de las dos Rondas de Circunvalación Urbana, un proyecto de los años 60, cuando José María de Porcioles era el Alcalde de Barcelona, los accesos al Túnel de la Rovira, la Reforma de la zona litoral y la creación del Barrio del Pueblo Nuevo, la construcción del Puerto Olímpico, la Reestructuración de la Montaña de Montjuïc con la creación de zonas verdes y del Anillo Olímpico.

Destacan la Reforma del Estadio Olímpico, recuerdo de los Juegos Deportivos que se celebraron en el año 1936, la Construcción del Palau Sant Jordi, la Torre de Comunicaciones Calatrava, las Piscinas Bernardo Picornell, la Sede del Instituto Nacional de Educación Física y otras reformas en los Palacios que se construyeron para la Exposición Universal de 1929.

A.P.