Recordado e imitado por faraones posteriores, mencionado
varias veces en la biblia o rememorado por autores grecorromanos, imaginado en
la literatura o representando el cine, Ramsés II es uno de los faraones
egipcios más célebres.
Rey longevo, sucedió en el trono a su padre, Sethy I,
con cerca de 25 años y tuvo un reinado de otros 77.Se sabe que tuvo dos
esposas principales, Isetnefret y la célebre Nefertary, además de otras muchas
consortes, siendo padre de más de 50 hijos. Una de las facetas más destacadas
de Ramsés II es su notable actividad diplomática y militar. Al inicio de su
reinado efectua campañas en Nubia y Libia y confirma las posesiones imperiales
egipcias entre la zona de Bildos y Canaán, lo que motiva la reacción del
imperio hitita, dispuesto a no perder influencia en la región, enfrentandose a
ellos en su quinto año de reinado en la famosa batalla de Qadesh.
Cerrado el frente norte del imperio egipcio con Qadesh como
ciudad hitita, dirige sus intereses al este, hacia los territorios de Edon y
Moab, que somete a vasallaje, y de Upe, que conquista.No obstante, alguno de
sus logros exteriores más importantes se forjaron en las cancillerías, como
evidencian el tratado de paz con los hititas y su correspondencia diplomática,
con las que selló matrimonios, estableció alianzas o intercambió regalos.
Reflejo de la prosperidad de egipto bajo su reinado y de su
devoción a los dioses fue su intensa labor constructiva, tanto en obras de sus
ancestros que termina como en otras que son iniciativa suya, con un estilo
artístico propio: la ciudad de Per-Ramsés, que establece como capital, los
recintos culturales de Heliópolis, Menfis, Heracleópolis Magna, Hermópolis,
Abydos o Luxor, la gran sala Hipóstila y otros edificios en el santuario tebano
de Karnak, su templo funerario en Tebas oeste, así como la miríada de templos
nubios entre los que sobresalen los de Abu Simbel.Su piedad le lleva asimismo a
ser el más activo perseguidor del recuerdo
de los heterodoxos reyes de Amarna.Por estos logros y por renovar su
realeza hasta 14 veces fue objeto de culto en vida.A su muerte le sucedió su
hijo Merneptah, a quien dejó un legado esplendoroso que no duraría mucho
tiempo.
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